Muchos centros turísticos tienen menos actividades recreativas que esta
penitenciaría. Ubicada en la isla homónima, la prisión de Bastoy ofrece a
los reclusos oportunidades únicas: los detenidos pueden tomar sol,
jugar al tenis, pasear a caballo e ir de pesca.
En esta cárcel los reclusos no tienen celdas: cada uno tiene su
habitación, que además se cierra con llave. Las casas son chalés o
cabañas con vistas a granjas, donde los prisioneros realizan tareas para
recibir un sueldo, informa 'El Mundo'.
Unos 100 reos de esta lujosa cárcel, algunos de los cuales son
criminales peligrosos, viven en condiciones de seguridad mínima: allí no
existen agentes armados, torres de vigilancia u otros medios de control
sobre los encarcelados.
De acuerdo con las autoridades de la cárcel, este modelo de prisión se
usa porque se ha demostrado que es efectivo: "Empleamos este modelo
porque es el que está funcionando […] Si te fijas en la historia de
cualquier país europeo, las cárceles con un régimen cerrado no
funcionan. Entran y salen como criminales", aseguró Tom Eberhardt,
director de la cárcel. Según él, no se puede tratar mal a las personas,
faltándoles continuamente respeto y esperar que se produzca un cambio en
su comportamiento: "Si tratas a la gente con una evidente falta de
respeto año tras año durante toda su condena, esperar que se comporten
bien al salir es como creer en Santa Claus", agregó.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario