En América Latina, no es nada nuevo que los gobiernos que pierden apoyo
entre la población local intenten mejorar su posición con ayuda de
EE.UU., pero esta 'ayuda' no es desinteresada y tienen que pagarla con
la soberanía del Estado. El presidente peruano, Ollanta Humala, es uno
de ellos, y figura entre los políticos controlados por Washington por
preservar su cargo a cualquier precio, denuncian expertos.
El Gobierno estadounidense no escatima elogios para el presidente
peruano, y este por su parte, facilita a Washington realizar sus
objetivos geoestratégicos en Sudamérica. Pero al mismo tiempo esta
política de Humala genera cada vez más indignación entre los peruanos,
quienes tildan de "traidor" a su mandatario, agrega.
Por su parte, Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador y Venezuela consideran
el fortalecimiento de la presencia militar estadounidense en la
Amazonía como una amenaza a la seguridad nacional. Con
el pretexto de la lucha contra el narcotráfico, Washington ha enviado a
Perú más armas y constantemente incrementa el número de asesores
militares y el trabajo de inteligencia, cuyos fines no están nada
claros, finaliza el portal.