Las enfermedades crónicas y los estilos de vida poco saludables son
factores conocidos de riesgo de muerte prematura. No obstante, un nuevo
estudio publicado en la revista 'Psychological Science' ha demostrado que ciertos factores psicológicos pueden ser incluso más importantes a la hora de predecir la esperanza de vida.
Los
científicos han llegado a esta conclusión tras estudiar durante un
periodo de 29 años a más de 6.000 personas que en el momento del inicio
del experimento tenían entre 41 y 96 años. Todos los voluntarios
superaron unas pruebas de capacidad cognitiva y una encuesta de 195
síntomas patológicos para evaluar su salud física y mental. Además, los
participantes llevaron diarios sobre su forma de vida, en los que
anotaban datos sobre las revisiones médicas, aficiones, número de
medicamentos consumidos, las actividades que realizaban en tiempo de
ocio y las relaciones sociales.
Los resultados obtenidos por los científicos indicaron que algunos de
los factores que más influyen en el riesgo de muerte son la velocidad de
procesamiento de la información y la sensación subjetiva del propio
estado de salud. Así, una percepción más positiva de la salud y un
ligero descenso en la velocidad del procesamiento mental ayudarían a
disminuir el riesgo de muerte, aseguran los investigadores.
Además, el estudio confirma una vez más las teorías ampliamente
conocidas de que las mujeres generalmente viven más tiempo, y que el
tabaquismo a largo plazo aumenta el riesgo de muerte prematura.
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