Unos 200 terroristas se han pasado al lado de los residentes de la
ciudad siria de Raqa, rebelándose contra el movimiento yihadista del Estado Islámico, informa la agencia Sputnik. Según
una fuente citada por el medio, residentes de la ciudad de Raqa,
considerada el corazón del Estado Islámico, se enfrentaron con los
terroristas e izaron banderas de Siria en cinco barrios de la ciudad
(al-Dareiyeh, al-Ramileh, al-Ferdows, al-Ajili y al-Bakri). Los vecinos
salieron a las calles en dos de los barrios y mataron a varios
extremistas del EI.
"Alrededor de 200 milicianos sirios del Estado
Islámico se pasaron al lado de los residentes de Raqa, lo que obligó a
los terroristas organizar barricadas en la entrada a la ciudad", asegura
la fuente.
Además, la milicia kurda recuperó este domingo la ciudad de Tel Abyad,
que había sido atacada por terroristas desde la zona limítrofe con
Turquía y desde Raqa. En el enfrentamiento perdieron la vida al menos 43
milicianos y 140 extremistas.
Encuestas realizadas
en 14 provincias de Siria revelan que solo el 7% de la población apoya
al EI, mientras que el 21% está a favor de Irán y el 26% apoya al
Gobierno sirio. En Raqa la mayoría de los residentes, un 54%, desea una
solución política del conflicto.
Los terroristas son incapaces de
pagar a sus propios combatientes debido a los constantes bombardeos de
los yacimientos petroleros, su principal fuente de ingresos. Por esa
razón los yihadistas del EI prefieren abastecer sus necesidades a costa
de los residentes de Raqa. Los civiles tienen prohibido abandonar la
ciudad, ya que el EI quiere mantener esta fuente de impuestos, tan
necesaria para su supervivencia.
"La gente sufre muchísimo y a nadie le preocupa", se lamenta
Abu Ibrahim Al Raqqawi, director y coorganizador del grupo activista
Raqqa Is Being Slaughtered Silently (Al Raqa Es Masacrada en Silencio)
contra el EI.
Según Al Raqqawi, los yihadistas decapitan a la
gente, violan a las mujeres y ejecutan a los cristianos y a otras
personas que consideran ateas. Así es como intentan establecer el orden,
mediante decapitaciones y crucifixiones, denuncian.
"No nos
atrevíamos a salir a la calle, incluso yo, que soy adulta, porque nos
daba miedo", explica Umm Mohammad, el padre de una familia siria que
pasó por la experiencia de vivir en la ciudad de Raqa. "Si veían a una
mujer en la calle sin ir acompañada por un familiar varón, la castigaban
con 80 azotes y luego citaban a un familiar masculino suyo y lo
golpeaban también", comenta.
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